Algunos apuntes sobre ‘La Blanca Noche de Don Quijote’

Esta obra, contrario a lo que es mi proceso creativo, habitualmente muy intuitivo, inicia con un boceto muy ligero en el que Kanaka me recuerda a Sancho Panza. En este dibujo Kanaka aparece regordete y bajo de estatura, observando la luna.  Entonces inmediatamente planteo lo que sería la figura del Quijote.  Todo esto ocurre en papel, no recuerdo si a lápiz o lapicero, de forma muy espontánea.  Básicamente dejo planteada la idea de que en una misma obra convivan Kanaka (suplantando a Sancho) y el Quijote, ambos observando la luna. 

La blanca noche de don Quijote

La blanca noche de don Quijote.
Acrílico s/tela. 40″x 30″. 2017

Una vez me pongo manos a la obra sobre lienzo me entrego de forma muy intuitiva a dejarme llevar de lo que indique el momento, de los colores que llamen mi atención y tratando de respetar  la idea original, aunque siempre abierta a modificarla.  Recuerdo que una vez planteados los elementos del boceto, corregí bastante la figura de ‘Sancho’.  Recuerdo además que el color del escudo y el casco del Quijote eran más ‘ocres’, como el cuerpo.  Y recuerdo también que el firmamento era oscuro….como ocurre cuando brilla la luna.  Pero, también debo agregar que no me sentía satisfecha.  Muchas veces esto me provoca abandonar la obra por unos días, hasta que logre definir ‘qué sigue’.  Entonces comencé a jugar con el color del cielo, utilizar otros tonos de azul superpuesto, algunas transparencias.  Eventualmente utilicé mezclas de blanco  y, al secar, disfruté mucho el resultado….un color blanco azul-grisáceo que deja entrever el azul de las capas iniciales. 

Sin embargo, sabía que la obra no estaba finalizada.

Recuerdo haber pasado algún tiempo buscando imágenes de escenas del Quijote que me dieran alguna luz sobre dónde dar los próximos pasos. Fue cuando nació la idea de los molinos de viento que con frecuencia acompañan a este personaje.  Me encanta el resultado de las capas de blanco azulado, de azules grisáceos, de ocre blancuzco,  colocados sobre el blanco azulado del firmamento, los topes de oscuro, la forma de las aspas que dejan entrever el paso del tiempo y un material ya raído por su propia historia.  El uso de otros materiales sobre la pintura que me permiten acentuar los rasgos que deseaba.  Libremente colocaba diferentes tonalidades en el plano más cercano, en la sequía de ‘La Mancha’.  En algún momento cambié el color del casco y el escudo del Quijote y, también en algún momento, esta obra en particular dejó de ser sobre Kanaka, para ser sobre el Quijote.  Ya empezaba a gustarme, y mucho!  Para ese entonces también empiezo a poner las tonalidades azuladas de las sombras proyectadas por la luz brillante de la luna (aún a sabiendas de que esta noche blanca probablemente no genera tales sombras). 

Pero había aún un gran reto por delante.  Dada la posición de los elementos, la composición quedaba desequilibrada.  Todo el peso de la obra estaba debajo….la parte superior pedía a gritos un replanteamiento.  Me pregunté varias veces si debía mover la luna, subirla un poco y tal vez moverla algo a la izquierda.  Sin embargo, en uno de esos momentos fugaces de luz, pensé que los molinos no tenían que estar todos frente a los personajes, sino por todo el lugar.  De este modo, había aspas que pudieran asomarse en fragmentos y de esta forma lograr el equilibrio deseado.  Este fue el toque final….ese momento en el que miras la pieza y quedas convencida de que ya no necesita más.  Está terminada.  No pide nada nuevo. Como cuando miras escenas de tu vida y das gracias por tanto bien recibido!

Maria Del Carmen Silva, quien funge como curadora de la exposición donde fue exhibida por primera vez esta obra, me dijo en una de sus visitas que le llamaba mucho la atención que hubiese esa gran luna estando tan claro el cielo.  Inmediatamente, casi sin esperar que terminara de hablar, le dije ‘es la Blanca Noche de Don Quijote‘!

 

 

Ana Virginia

pd:  algún tiempo después, alguien que pasó por mi estudio hizo la observación sobre la obvia y esperada conexión que debia haber entre Kanaka y Don Quijote, acotando que ‘de loco a loco se entienden’.  Yo no estoy tan segura de que la locura sea compartida….

 

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