En mi proceso creativo, muy intuitivo, una de las prácticas principales es ‘soltar’, ‘dejar ir’. En inglés: ‘let go’.
Parada frente al lienzo en blanco, iniciando una pieza sin un plan preconcebido, requiero de soltar la necesidad de control de los resultados y confiar plenamente en mi intuición, en mis corazonadas, en esa voz interior que me habla…..momento a momento.
En mi oración diaria incluyo la petición ‘Señor, ábreme puertas y ciérrame puertas. Muéstrame el camino.» …..y eso mismo aplico en la pintura, en el proceso de creación de un cuadro, la confianza de que Su mano irá mostrándome cómo y dónde, sin necesidad de que yo retome control de todo, con la consabida carga y estrés que ello conlleva.
El proceso de colocar pintura en capas, una sobre la otra, pide continuamente que elija qué cubrir (soltar, dejar ir, tapar) y qué dejar visible. Con frecuencia, hay una etapa en el proceso en que el cuadro es un desastre total…..una amalgama de trazos que no tiene una cohesión ni una coherencia. Esa etapa me obliga a abrirme paso en un momento incierto, donde realmente no tengo idea de qué es lo que será al final….pero confiando que todo estará bien. Si no está bien, si no estoy plenamente satisfecha con el resultado, sencillamente la obra no está terminada.
Así en la vida. Aún cuando estemos en una etapa turbulenta, confusa, debemos confiar que, de la mano de Dios, todo estará bien. Dejo a Dios actuar y, en su tiempo, por sus misteriosos caminos, al final todo está bien.
Este ‘soltar’, este ‘dejar ir’, este ‘borrar’, me recuerda las palabras de una de mis profesoras de pintura quien decía: ‘hay que dejar ir las cosas que te gustan para hacer espacio para las cosas que te fascinan!’. A veces tenemos que soltar y dejar ir algo que queremos, que nos gusta, para hacer espacio para algo todavía mejor. El proceso puede ser doloroso, pero al final, todo obra para bien y por todo debemos dar gracias a Dios.
Feliz día!
Ginia