Alguien me comentaba en días pasados que entendía que las exposiciones de arte se hacen sólo para vender. Ponderé el comentario sabiendo que, de ser ‘sólo vender’, se trataría básicamente de una tienda de objetos que, si tienen sólo ese fin, pudieran hasta a llegar a perder el calificativo de ‘arte’. En mis reflexiones encontré que hay una oportunidad aún mayor, mucho más importante, que pudiera pasar desapercibida y provocar entonces que una exposición de arte se viva…sin pena ni gloria….sin más.
La exposición de la obra de un artista es el compartir de una innumerable cantidad de horas de trabajo. Un trabajo que generalmente se realiza en solitario. Y es la oportunidad casi única de que cada espectador pueda completar cada pieza al hacerla suya en un diálogo entre él y el arte. Es la oportunidad de ir, una por una, haciéndola suya. Es la oportunidad de ubicarse, cada uno y su historia, frente a cada obra creada y permitir que la misma le » hable’, cara a cara….y luego desde la memoria.
Para mí, como artista, pocas cosas me ofrecen más satisfacción que la oportunidad posterior de compartir y comentar sobre la vivencia de cada quien ante algo creado por mí. Es al mismo tiempo un momento muy difícil ya que esa obra, esa que ha permanecido a solas conmigo durante tanto tiempo, deja de ser mía para ser de todos. Cada interpretación es personal, cada significado es personal, cada vivencia es personal, no hay observaciones o comentarios que sean ‘correctos’ o ‘incorrectos’….son simplemente observaciones y comentarios desde la perspectiva particular de un espectador. Y con cada observación hay una apropiación de la obra y ésta deja de ser mía para ser nuestra. Y no tiene ningún sentido que sea de otro modo.
Una vez las piezas dejan el espacio en que son exhibidas, pasan a formar parte del mundo privado de un muy reducido número de personas y, salvo ellos, ya los demás pierden la oportunidad de ser uno con cada pieza. De la producción artística mundial sólo un limitado número de obras trasciende lo suficiente como para poder ser admiradas indefinidamente por el público en general, normalmente en las colecciones de los museos o instituciones dedicadas a difundir el arte.
A partir de hoy tengo el privilegio y honor de mostrar un conjunto de piezas nunca antes exhibidas y desarrolladas a lo largo de los últimos meses, en la exposición ‘EVOCACIONES’. Son fruto de un trabajo arduo, lleno de ilusión y cargado de reflexiones. Me encuentro en un momento de vida en el que pondero el futuro, mirando al pasado. Un momento de contemplación, de silencio, de detenimiento, de evocaciones de momentos ya vividos donde busco referencias para orientarme en el porvenir.
Si tienes la oportunidad de acompañarnos esta noche, o puedes pasar en algún momento de las próximas semanas, me gustaría me compartieras tu propia experiencia. A tí…qué pieza te habla? cómo te habla? qué te recuerda? Qué emociones despierta? Hay algo en los colores que te cause alguna sensación? Las figuras son evocativas de algún momento o persona? Te trasladan a algún lugar o momento en el tiempo?
Sigamos compartiendo la vida y el camino juntos!