La obra de arte está incompleta hasta que es compartida.

Después de más de un año sin escribir en este espacio, hoy vuelvo a la carga.  Me motiva una frase recién escuchada que me confirma lo que pienso y a su vez enriquece mi parecer.  «Toda obra de arte está incompleta hasta tanto es compartida»….una gran verdad.  No sé a quién atribuirla para el debido crédito, pero la hago mía porque pienso justamente eso mismo.  Pero lo llevo aún un poco más allá…

Pienso en un compositor de música, por ejemplo.  Su arte es maravilloso pero no se basta en sí mismo. Para alcanzar su plena expresión necesita de un director de orquesta y de los músicos para hacer una interpretación de su composición.  De esta forma, la obra del compositor no está completa sin los músicos que la interpreten y sin el director que los dirija.  Más aún, el alcance de dicha interpretación dirigida es muy limitado si no hay un público que la escuche y la disfrute.  Sin un público que logre vivir la experiencia que originalmente deseó el compositor.  Entonces el público agrega otra capa a la obra….está aún más completa.  Pero hay todavía más!  Qué tal si una persona, al menos una, llega  a casa y les cuenta a los demás cómo fue esa experiencia de escuchar, de ver orquesta en escena, de ‘vivir’ esa interpretación musical ?  Al transmitir su testimonio, su parecer, lo que provocó en él dicha experiencia, esta persona está agregando aún otra capa más a la obra.  Y así, cada nueva capa en que se ‘comparte’ la obra creada, agrega experiencia y enriquece la pieza. 

Y de eso se trata el arte!

Tantas veces frente al lienzo me siento insegura o instatisfecha con el resultado.  Tantas veces me doy cuenta que lo que me falta es compartir el proceso y la obra final con otras personas.  Y tan sólo el hecho de decidir compartir empieza a sumarle a la pieza.  En el momento que decido tirar una foto puedo percatarme de un detalle que me encanta o de algo que quisiera cambiar.  Una vez veo la foto, puedo observar el cuadro completo en una pantalla pequeña lo cual me permite ver la obra desde lejos…..y descubrir nuevos detalles.  Esto se convierte a su vez en un círculo virtuoso donde la obra va ganando y acercándose a mi satisfacción, hasta tanto me decido a compartir en mis redes una foto de la obra en proceso.  En esta etapa, ya hecho público a través de las redes, nuevamente me permito mirar la pieza desde otra perspectiva. Una que a su vez me aporta otro punto de vista y me permite seguir modificando, enriqueciendo, a veces haciendo cambios radicales.

En otras ocasiones, el mismo proceso me lleva a colocar el lienzo en un rincón y concentrarme en otras obras. A veces por semanas no vuelvo a ver el cuadro sin término….sabiendo solamente que no está terminado. Hasta que un día, ‘chas!’, retomo el lienzo y pueden pasar una de dos cosas:  o sigo trabajando la obra en proceso, o en un arranque de creatividad la cambio completamente.  A veces es algo tan sencillo como recibir pintura en tonalidades nuevas.  No importa….es parte del proceso.  Pero indefectiblemente, hasta tanto la obra no es compartida con otros, no está completa. 

Mi misión es presentarla al mundo.  Su interpretación, valoración o aceptación….ya eso es cuestión de otros.

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